¿Cómo afectan las cirugías estéticas en nuestra salud mental?

Las cirugías estéticas están a la orden del día en la actualidad, siendo pedidas por personas de todas las edades, sexos y para ser aplicadas en casi cualquier parte del cuerpo, todo para mejorar nuestra apariencia física. Sin embargo, más allá de los cambios físicos visibles, este tipo de intervención también produce cambios psicológicos en quien se lo realiza, de los cuales hablaremos en ese artículo. Sigue leyendo.

El factor psicológico previo a la operación

La implicación psicológica de las cirugías estéticas viene incluso desde el momento en el que se decide realizar la intervención. Por ejemplo, se puede ver en las situaciones que despertaron el deseo de modificar nuestro físico.

Por lo general, este deseo viene inspirado por alguna insatisfacción con la forma en la que nos percibimos, por ejemplo, al tener que ver día tras día alguna parte de nuestro físico con la que no nos sentimos completamente satisfechos, creándonos complejos e inseguridades que llevan a una sensación de malestar constante e incluso una baja autoestima.

Y justamente este factor psicológico es el que juega un papel importante en convertir a un paciente en apto o no apto para la cirugía que planea tener. Por ejemplo, son pacientes aptos los que buscan realizar este tipo de cirugía para la mejora de su apariencia desde una percepción más positiva de perfeccionar su cuerpo para mejorar su calidad de vida, mientras que las cirugías no suelen recomendarse a pacientes movidos por problemas como anorexia y bulimia o trastorno dismórfico., o aquellos diagnosticados con adicción a las operaciones, de los cuales hablaremos más adelante.

Así, los pacientes aptos para una operación estética son:

  • Aquellas personas que, aunque quieren modificar una parte de su apariencia, tienen  un autoestima lo suficientemente estable para no basar su valía en factores externos como el físico.
  • Personas sanas desde el punto de vista psicológico y físico, que demuestren que pueden reconocer que los beneficios de la intervención serán mayores que los riesgos de la misma y que basen su decisión en ese juicio.

Mientras que, no se consideran aptos los siguientes casos:

  • Pacientes con tendencia a la baja autoestima y que basan su valía en su aspecto externo.
  • Pacientes demasiado jóvenes que aún no se han terminado de desarrollar físicamente.
  • Personas impulsivas que cambian de parecer de un momento a otro.
  • Personas que se dejan influenciar por terceros para tomar sus decisiones.
  • Personas sensibles al rechazo, que busquen realizar la operación para lograr aceptación social, ya que no buscara un cambio estético como tal, el cual es el único objetivo de la cirugía, sino que buscaran conseguir con ella un cambio en su vida social y se sentirán insatisfechos con la misma si no logran esta expectativa bastante lejos de lo que puede prometer la naturaleza de esta intervención.

Pacientes con baja autoestima

Es importante hablar con un poco más de detalle acerca de los pacientes motivados a la cirugía estética a raíz de una baja autoestima, y que ya vimos que caen en el grupo de las personas no aptas para pasar por ese tipo de intervención.

La psicóloga experta en el campo Amaya Terrón, nos explica en una entrevista con Consejos de tu Farmacéutico que “Una autoestima que se base o dependa de factores externos de forma exclusiva no es una autoestima sana desde el punto de vista psicológico y debe ser revisada antes de someterse a cualquier cambio estético por la poca estabilidad de este aspecto de la psique… La intervención quirúrgica no soluciona el malestar de la persona, pues existe un problema de fondo más complejo. No olvidemos que lo construido sobre pilares inestables, por muy robusto que sea, es inestable”.

Así, las personas deben tener expectativas realistas de la cirugía a la que se someterán y estar conscientes de los resultados reales que obtendrán. Las cirugías estéticas pueden modificar nuestro aspecto y lograr grandes resultados, pero nunca cambiaran la forma en la que nos vemos a nosotros mismos, ni la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Pacientes con adicción a la cirugía estética

También existen pacientes adictos a las cirugías estéticas, básicamente porque su nivel de la perfección está tan distorsionado que no importa cuantas modificaciones hagan a su cuerpo, nunca alcanzan ese ideal de belleza.

En estos casos, también se recomienda tratar dicha adicción antes de continuar con la cirugía de forma que el paciente pueda reajustar sus expectativas y lograr una mejor estabilidad emocional.

En palabras de la experta:

“Uno de los peligros que entraña la cirugía estética es la adicción a las operaciones, ya que algunas personas, cuando superan el miedo a los retoques, se enganchan a la necesidad psicológica y enfermiza de repetir una y otra vez en busca del cuerpo perfecto, siendo que detrás de la adicción a los cambios en estética hay un tipo de ansiedad que merece ser atendida.

Las ideas de perfección son bastante dañinas en las personas, y éstas deben ser tratadas de antemano. La necesidad de cambio constante es un pensamiento y conducta que no es aconsejable y que puede llevar a las personas a tomar decisiones erróneas de las que puedan arrepentirse en un futuro y a exponerse a correr riesgos innecesarios”.

¿Qué aspectos tomar en cuenta ante una cirugía estética?

En vista de que una cirugía estética también puede afectar nuestra salud mental, es importante tomar ciertas reflexiones antes de someternos al bisturí:

  • Pregúntate la verdadera motivación que te lleva a someterte al cambio.
  • Valora si existen otras alternativas menos intrusivas que puedan ayudarte a lograr los resultados esperados.
  • Pide consejo a las personas que formen parte de tu circulo de apoyo para tener varios puntos de vista validos sobre la situación.
  • Se completamente sincero sobre los resultados que quieres lograr cuando te entrevistes con el cirujano de forma que él pueda darte su opinión profesional sobre si tu decisión es la más adecuada o no.
  • Valora objetivamente el riesgo y los beneficio que obtendrás con la operación.
  • Prepárate psicológicamente para asumir la decisión tomada.

Las secuelas psicológicas tras la operación

Aquí tenemos que hacer una diferencia entre los dos tipos de cirugía estética que existen. Por ejemplo, cuando se trata de una cirugía de reconstrucción de un miembro o alguna lesión en nuestro cuerpo, los resultados siempre son favorecedores a nivel estético y mental ya que nos devuelve nuestra funcionalidad y la apariencia que queríamos. Pero, el otro tipo de cirugías, que se hacen por puro fin estético, en el que queremos modificar algo de nuestro cuerpo buscando otro tipo de apariencia, muchas veces puede tener efectos adversos sobre nuestra psiquis.

Y es que sucede que algunos pacientes no llegan a sentirse contentos con su nueva apariencia durante el proceso de adaptación a su nueva imagen y más bien terminan enfrentando ciertos problemas de autoaceptación y hasta depresión.

En vista de ello, los expertos en investigación y desarrollo en el campo de la medicina estética de MedyGlobal nos recomiendan siempre realizar este tipo de cirugías en un centro cualificado que además de ofrecerte el mejor personal profesional en el campo, también te ofrezca acompañamiento psicológico y medico durante todo tu proceso que te ayude a determinar si una cirugía es el mejor paso que puedes dar, que te mantengan al tanto de todos los pasos de la misma y luego te ayude durante el periodo de adaptación tras a intervención.

La cirugía estética en la psiquis adolescente

Aunque suene increíble, la cirugía estética esta siendo cada vez mas practicada por adolescentes, por lo que la psicología Amaya alerta:

 “Cuando un adolescente quiere someterse a un cambio estético hay que tener especial cuidado porque hay aspectos de su cuerpo que quizá no se hayan desarrollado lo suficiente y porque son más vulnerables a dejarse influenciar por modas y grupos de referencia y éstos pueden cambiar en el tiempo, sin embargo, la operación perdurará a la moda.

En estos casos, hay que preguntar y valorar objetivamente la parte del cuerpo a operar. Hay casos en los que puede ser la solución a un problema puntual, pero hay que tener mucho cuidado en este perfil de paciente, dadas sus particulares características, influenciabilidad, impulsividad, inmadurez psicológica, tendencia a adaptación al grupo e inestabilidad en decisiones.

Lo que podemos hacer si nuestro hijo nos plantea esto es escucharle, atender a su demanda y actuar como su aliado sin juzgarle ni quitándole importancia, ofreciéndole nuestra confianza, pero tomándonos muy en serio sus motivos. Quizá detrás de esta petición haya algo más que merezca ser atendido y que tras una operación quede encubierto”.

En definitiva, la psicología del paciente es un factor muy importante de la cirugía estética, por lo que los motivos que le llevan a querer pasar por la intervención y las expectativas que tiene sobre ella son puntos de análisis clave durante le proceso. Y es que, más allá de querer estar satisfechos con nuestra apariencia física, lo más importante es estar satisfechos con la percepción que tenemos de nosotros mismos y nuestra estabilidad mental.

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