Cómo afectan las joyas que usamos nuestra autoestima

Las joyas son parte de nuestro outfit del día a día, ya sea para usar de a diario, o para ocasiones realmente importantes y especiales, ya sea hombres o mujeres, todos usamos joyas para completar nuestro estilo, para adornar nuestro cuerpo, para reflejar nuestra personalidad y hasta por tradición.

Dependiendo del momento de la historia y la cultura de la que hablemos, el uso de las joyas puede incluso ser un tema cultural, que signifique ciertas simbologías, valores y creencias de acuerdo a la pieza que se lleve, como en algunas culturas donde se usan joyas para protección o como práctica para obtener buena suerte.

Por eso, también los artesanos que elaboran estas joyas le dan un toque único y diferente a cada una de ellas, les dan un significado y hasta las personalizan, de forma que cada quine pueda llevar una joya que verdaderamente de adapte a su esencia, ya se trate de una personalidad sobria, clásica, elegante, o moderna, sencilla y alegre, para todos hay una joya que combina a la perfección.

También, por eso, hay joyas para cada momento de nuestra vida, para bautismos, comuniones, cumpleaños, graduaciones, bodas  aniversarios, todas con su significado y su valor particular que las hace tan representativas dentro de esos momentos.

Así, cada quien que lleve una joya se siente de una forma u otra con su uso. Lo primero es que nos sentimos bellos, bien vestidos, reflejando nuestro estilo personal que nos hace tan únicos e irrepetibles. Nos dan estilo, elegancia y glamour. Nos da una imagen bien cuidada y de punta en blanco. Incluso, dependiendo de las joyas que llevemos, podemos reflejar cierto nivel social y económico, y un lujo en exceso.

Esto, por consiguiente, nos dota de seguridad y confianza en nosotros mismos, tanto en el caso de las mujeres que terminan robándose todas las miradas cuando llegan brillando a un lugar, como en el caso de los hombres que enaltecen su masculinidad y su elegancia con una buena selección de gemelos o un reloj de buen gusto.

Pero, también esta el valor de la joya, lo que esta significa para nosotros, por ejemplo convirtiéndonos en parte de una pareja, un matrimonio, o parte de una tradición que ha pasado de generación en generación en nuestra familia, que hemos heredado de nuestra madre, y luego, pasaremos a nuestros hijos.

Este significado por lo general es algo que solo sabemos nosotros, o aquellos con quienes lo compartamos, pero no hay nada que nos reporte más confort y gratificación que ver en nuestra mano la alianza que nos une con esa persona especial con la que hemos decidió pasar el resto de nuestras vida,  o ese collar que sabes que uso tu madre, tu abuela y su madre, o esos pendientes que tu padre te regaló en tu graduación de la universidad.

Incluso, muchos consideran las joyas, sobre todo las muy antiguas, como objetos de colección y algunos son capaces de invertir millones en conseguir ciertas piezas como parte de su colección personal, y ni halar de los museos repletos de las joyas más icónica de la historia de la humanidad, y que se consideran como verdaderas obras de arte de precio incalculable.

En fin, las joyas son objetos muy valiosos, y nada triviales, como algunos creen. Son accesorios que nos ayudan a crear nuestra autoconfianza y piezas de gran valor sentimental que nos recuerdan preciados momentos y personas de nuestra vida, incluso, pueden encerrar una tradición histórica y cultural que nos hace sentir parte de determinada sociedad.

El efecto de las joyas sobre nuestra autoestima

Entonces, ya que las joyas son tan importantes, no es difícil darse cuenta del efecto que tienen sobre quien las lleva. De hecho, muchos no lo saben pero pueden afectar nuestro estado de animo y nuestra autoestima, por supuesto, de una forma muy positiva.

Nos hacen sentir nuestra mejor versión, reflejando lo mejor de nosotros, nuestro valor…. Nos hacen sentir únicos, seguros de lo que somos y de a donde vamos, y que donde pisemos lo haremos por todo lo alto.

Además, su valor sentimental te hará sentir valioso o importante recordándote que quien te entregó esa joya te aprecia y te quiere, y tu llevas esa esencia en ti cada vez que ves la pieza.

De hecho, según los científicos, estas joyas se sitúan en el tercer escalón de la pirámide de Maslow en el sitio reservado para la aceptación social, ya que a través de ellas nos otorgamos un cierto nivel dentro de la sociedad de la que formas parte, y nos sirve para completar nuestra imagen, la forma en la que nos perciben y entonces, la forma en la que somos incluido dentro de nuestros grupos sociales.

Pero, también se encuentran en el cuarto nivel, el cual trata de la autoestima, ya que nos hacen  sentir cómodos y seguros de nosotros mismos. También esto porque nos hace sentir que nos cuidamos y nos queremos, cuidando nuestra imagen y dándonos lo mejor.

Por ejemplo, el efecto de las joyas es tal que se investigó que lograron maravillas durante la época del confinamiento. Recodemos que fueron meses de estar encerrados en casa, viviendo por completo distanciados de cualquier interacción social y de nuestra vida como la conocíamos, trabajando desde casa, educando a los niños desde casa, comunicándonos solo a través de nuestras pantallas, y era cuando más teníamos que esforzarnos por mantener el ánimo arriba para no caer en depresión.

Así, muchas personas, se los exigiera su trabajo o no, se preocupaban por igual cambiarse la pijama, vestir lo mejor posible dentro de casa, estar bien presentables para la reunión por videollamada, y así se seguían colocando sus joyas de siempre. Entonces, se descubrió que estas mismas fueron las que lograron mantener un buen estado de ánimo y una actitud positiva ante esa etapa tan dura. Fueron los que lograron seguir dando la talla laboralmente, los que se mantuvieron todo lo activos posibles y se sentían igual cuidados a si mismos.

Y es que esa pequeña rutina de peinarnos como siempre, vestirnos como siempre y seguir usando nuestros accesorios de costumbre, obra grandes efectos sobre nuestra percepción de la normalidad y el sentimiento de pertenencia que tenemos hacia nuestra vida y nuestra rutina. Nos ayuda a sentir que estamos en control de las situaciones y que nada ha cambiado. Al igual que trabaja nuestra creatividad y nuestra autoestima.

Volviendo a los escalones en la pirámide, hasta se podría decir que tiene un poco de participación en el espacio para la seguridad, ya que recordemos que las joyas a veces son consideradas amuletos, y que las personas que creen en ese valor y esa propiedad de las piezas de joyería, realmente se sienten cuidados y protegidos mientras las usan. No solo porque creamos que la joya tiene algún tipo de magia encerrada en ella, sino por el apego emocional que podamos sentir y que nos reconforta, como pasa cuando nos sentimos un poco solos y vemos nuestro anillo de matrimonio para recordarnos que siempre contamos con alguien, o cuando estamos nervioso o asustados y tocamos la medallita que no ha regalado un familiar y nos hace sentir un poco más tranquilos inmediatamente.

Los valores detrás de las joyas

Joyerías Lorena, expertos en joyas, nos comentan que a nivel psicológico se le añaden ciertos valores al uso de las joyas, y esto son:

  • Valor de uso: No se puede decir que las joyas sean artículos de verdadera necesidad, por ejemplo, para realizar nuestras actividades de la vida diaria o para subsistir como si lo son otros artículos. No obstante, se dice que tiene valor de uso ya que nos ayudan a adornarnos e impactar a otros, convirtiéndose en elementos necesarios para la construcción de nuestra imagen, autoestima y seguridad, hasta el punto que algunas mujeres declaran sentirse desnudas si no llevan puestas sus joyas. Y es que en el estudio la mayoría de las mujeres encuestadas mencionaron sentirse incómodas sin usar joyas, otras mencionaron sentirse del sexo opuesto, y las últimas —en menos cantidad— mencionaron sentirse como desnudas.
  • Valor de cambio: Aquí hablamos del valor económico que si tienen  algunas joyas, por ejemplo las muy famosas que se consideran piezas de arte o de colección, o estas joyas magníficamente elaboradas en piedras y metales preciosos, de exquisitos acabados y detalles.
  • Valor de signo: Aquí hablamos del valor que adquiere una joya solo por la marca que la ha diseñado, aunque esta sea la joya más simple y básica. Pero también hablamos del valor sentimental que puede adquirir los pendientes más básicos o una simple cadena de plata dependiendo del momento en el que se regale, la persona que lo haga y su intención. Y también  está el valor conceptual, que es aquel valor que se le da a una joya dependiendo de la maca que la ha elaborado, el artista detrás de la creación, algún método más complejo o novedoso que se haya usado, que tantas piedras preciosas  o los materiales que se pudieron haber empleado y que podría convertirlas en joyas únicas, de alto valor, de colección  o hasta incluso podrían llegar a ser clasificadas como piezas artísticas.

 

 

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