Antes eran raras avis, es decir, personas extrañas que no sabíamos que existían. Luego, poco a poco hemos ido conociendo más sobre ellos. Y ahora, no hay nadie que no tenga un caso en su familia. Estoy hablando de las personas celiacas. Y es que cada vez son más los que tenemos, sí, hablo en primera persona, este tipo de intolerancia al gluten. Y la verdad es que cada vez vamos a ser más. En este artículo voy a intentar hablar cómo ha sido mi caso, pero lo que tengo claro es que cada vez vamos a ser más. Y mi pensamiento final, no espero al epílogo, es que cada vez somo más las personas celiacas porque los alimentos que comemos son peores que los que comíamos hace años. Así de claro. Y es que tengo que reconoce que mi vida ha cambiado desde lo que lo soy.
Os puedo prometer que hasta que me diagnosticaron este caso de celiaquía, mi vida era muy tranquila. Es cierto que durante toda mi vida yo había ido teniendo problemas estomacales y digestivos, y que nunca sabía la razón. Durante años, he sufrido de dolores de estómago, hinchazón y diarrea, pero siempre pensaba que estos malestares eran por culpa de una mala alimentación o al estrés, ya que por mi trabajo de abogado siempre he tenido mucha tensión con los muchos casos que he llevado. Sin embargo, los síntomas empeoraron con el tiempo y, sobre todo el escuchar a otras personas que estaban pasando por mi caso, acudir al médico para buscar una solución. “Tú vas a tener celiaquía”, era la frase que todo el mundo me decía.
Mi visita al médico
Después de someterme a una serie de pruebas, incluyendo análisis de sangre y una biopsia intestinal, que la verdad no fue nada recomendable. Finalmente recibí el diagnóstico: era celiaco. Efectivamente, mi vida cambiaba. Por un lado sentí alivio al saber lo que era, porque siempre puedes pensar que es algo más grave que está provocando tu cuerpo. Pero también por otro lado, pensé que mi vida ya no volvería a ser igual. Estaba claro que mis problemas de estómago eran el resultado de la intolerancia al gluten. Era el momento de hacer cambios importantes en mi dieta y en mi estilo de vida.
Cambios en mi vida
Una vez que supe que era celiaco, comencé a eliminar el gluten de mi dieta y a buscar alternativas sin gluten para sus comidas favoritas. Fue un proceso complicado al principio, ya que no os podéis imaginar la cantidad de alimentos que tienen esta sustancia. Por eso tuvo que aprender a leer las etiquetas de los alimentos y a identificar posibles fuentes de gluten en su dieta. Y sí, hay muchos alimentos que lo tienen, y el problema es cuando voy a restaurantes. Además, también tuve que lidiar con las limitaciones sociales tenemos los celiacos, como tener que explicar lo que me está pasando a mis a amigos y familiares. Esos que siempre habían organizado barbacoas sin pensar en estas personas. Y os puedo asegurar que algunos de mis amigos, a día de hoy, siguen pensando que es una bobada. Yo ante esto no puedo luchar, simplemente he dejado de ir a muchas quedadas por esta situación.
Por suerte, son muchas las empresas que son conscientes de este problema para las personas. Y yo he encontrado mi ángel de la guarda en la empresa El Rincón del Segura, que realizan la mayoría de sus productos sin gluten, ya que hacen una panadería artesanal ecológica online. Aquí puedo tener panes, bizcochos, cereales, semillas, legumbres, harinas y mucho más, siempre sin gluten. Y es algo que se agradece, por suerte son cada vez más las empresas y restaurantes que piensan en nosotros.
Buscar el equilibrio
Afortunadamente, con el tiempo he ido encontrando mi equilibrio y me he adaptado a mi nueva dieta. Ahora, mi día a día consiste en planificar cuidadosamente mis comidas. Por ejemplo tengo siempre a mano alimentos permitidos y tengo que ser selectivo a la hora de salir a comer fuera de casa. A pesar de las dificultades iniciales, es cierto que me siento mucho mejor físicamente desde que eliminé el gluten de su dieta y estoy muy agradecido por haber dado con lo que estaba pasando en mi cuerpo. Es cierto que mi vida ha cambiado, pero también es cierto que yo no podía vivir con esta situación.
Por eso, ahora que conoces un poco más la vida de los celiacos, me gustaría que fueras más empático.