Es posible que alguna vez hayáis oído hablar de la diferencia entre tener una pisada normal, pronadora o supinadora, sobre todo si sois amantes de algún deporte y lo practicáis con asiduidad, pero la realidad es que la mayoría de nosotros desconocemos qué tipo de pisada tenemos y los problemas que podríamos llegar a tener si no usamos un calzado adecuado. Hoy vamos a hablar un poco sobre este tema.
Aunque a algunos se nos nota a simple vista al caminar, normalmente es necesario hacer un estudio de la pisada con el fin de saber si somos pronadores o supinadores y actuar en consecuencia. La mayoría de marcas de calzado deportivo cuentan con modelos especiales para cada tipo de pisada, tales como Asics, Nike, Adidas, etc. por lo que no es complicado encontrar unas zapatillas adecuadas a nuestras necesidades.
El pronador apoya casi todo su peso en la parte interior de los pies, es decir, que tiene una pisada hacia dentro. El supinador, por el contrario, apoya casi todo su peso en la parte exterior de sus pies, tiene una pisada hacia fuera. No obstante, la podóloga Marta García señala que hay que tener en cuenta que hay otros factores que influyen en nuestra pisada, como la técnica que utilizamos al correr o incluso nuestro peso corporal. Por ello, es necesario hacernos un estudio de la pisada que determine exactamente qué calzado debemos adquirir.
Y es que los pies son la base de todo. Las cadenas musculares comienzan en nuestros pies y si no les damos una buena base es muy posible que alteremos parte de esa cadena muscular, afectando al final a toda la cadena completa. De hecho, muchos expertos señalan que la raíz de muchos dolores musculares se encuentra en llevar un calzado inadecuado.
Una mala pisada influye de forma sistemática en el resto de nuestro cuerpo, provocando numerosas lesiones, entre las que destacan rodilla (meniscos, condromalacia rotuliana,rodilla del corredor, inflamación de la pata de ganso), cadera (síndrome del piramidal, sacroileitis), espalda (lumbalgia, hernica de disco), tobillo, talón (fascitis plantar, talalgia) y pie (metatarsalgia, dedos en garra).
Factores a tener en cuenta a la hora de comprar zapatillas
- Si eres pronador necesitarás una zapatilla resistente sin demasiada amortiguación. Necesitarás una zapatilla con suela dura que no tienda a deformarse.
- Si eres supinador te conviene emplear zapatillas con mucha amortiguación que minimicen las posibles lesiones por impacto. Es primordial que busques una zapatilla con flexibilidad.
- Si tienes el pie rígido deberás usar una zapatilla ligera con amortiguación, ya que los pies rígidos no pronan y generan más impacto al caminar o correr.
- Cuando mayor peso corporal más resistente deberá ser la zapatilla. En otras palabras, cuanto más peso tengas más amortiguación vas a necesitar para evitar el impacto contra el suelo.
- Debemos tener en cuenta que nuestro pie tiende a hincharse en climas cálidos y cuando salimos a correr por lo que es importante dejar un pequeño margen entre la talla justa que debemos usar y una talla mayor. Para probarte las zapatillas, la primera hora del día es mejor evitarla, pues el pie tiende a hincharse a lo largo de la jornada.
- Si eres un corredor amateur busca zapatillas reforzadas y con amortiguación.
- Si vas a correr sobre una superficie dura, como el asfalto, busca amortiguación. En terrenos más blancos puedes permitirte una menor amortiguación pero con estabilidad y agarre.
El apoyo de pie perfecto
Solo algunos atletas profesionales son los que tienen el apoyo de pie perfecto en las pisadas, lo común es que, en mayor o menor medida, todos tengamos una pisada algo especial. Sin embargo, para poder averiguar cuál sería la pisada perfecta, se ha analizado a 70 corredores profesionales y, contrariamente a lo que se suele pensar, 2 de cada 3 corredores entra en contacto con el suelo con el talón sin importar si hablamos de hombres o mujeres.
No obstante, hay que dejar claro que no se trata solo de cómo pisan los mejores atletas, sino que además hay muchas otras variables en consonancia que pueden actuar para que la pisada perfecta para ti sea totalmente diferente a la pisada perfecta para otra persona. En otras palabras, cada uno de nosotros debe adaptar su pisada a su estilo de vida, peso, y biomecánica del pie y de ahí la importancia de hacernos un estudio de la pisada al menos una vez en la vida.