Los primeros dientes del bebé, también denominados dientes de leche, ya están colocados en el hueso maxilar del bebé antes de su nacimiento, si bien los primeros dientes comenzarán a aflorar o a salir en algunos bebés en torno a los cuatro o seis meses. Cada niño experimenta esta etapa de su desarrollo denominada dentición de una forma muy distinta, unos la experimentan antes, mientras que otros pueden llegar al año sin ningún diente todavía, pero ello no debe preocuparnos, pues los tiempos de cada niño son muy variables. Los primeros dientes que suelen aparecer son generalmente los incisivos centrales del maxilar inferior, a los que le siguen los del maxilar superior, los incisivos laterales, los colmillos y por último los molares, hasta completar una dentadura formada por 20 piezas que estará completa en torno a los 24-30 meses. Según los expertos, se recomienda realizar la primera visita al odontopediatra en torno a los doce meses de vida de los jóvenes.
Según la Clínica dental Odonthos, esta visita ha de realizarse con sumo cuidado para que los niños no le cojan miedo al dentista, así que, en este aspecto hay que acudir a una clínica especializada en odontopediatría, puesto que ellos se encargarán de cuidar y tratar los dientes de los niños desde el nacimiento hasta los 12 años, asegurándose de que no exista ningún problema en la masticación o deglución, y enseñando a los niños el modo correcto de limpiar y cuidar sus dientes, siempre con el máximo cuidado.
En esta etapa el bebé puede estar molesto, irritable, dolorido…, así que los padres que ya tienen experiencia suelen interpretar correctamente los síntomas que puede presentar el niño ante la aparición de los primeros dientes, como pueden ser:
- El bebé se mete constantemente las manos u otros objetos que pueda sujetar en la boca, a fin de morderlos.
- Las encías cambian de aspecto, se muestran hinchadas, sensibles y enrojecidas, y al tacto se nota una protuberancia dura de color blanquecino.
- Babea mucho más de lo habitual.
- Puede presentar fiebre, irritación y diarrea.
- Come menos de lo que es habitual.
Ante estos síntomas los padres pueden ayudar a aliviar el dolor y las molestias de diverso modo:
- Masajeándole la encía con un dedo envuelto en una gasa estéril o con un guante de silicona.
- Frotando la encía con un trozo de hielo envuelto en una gasa estéril.
- Ofreciéndole un mordedor especial para que el bebé pueda morder sin hacerse daño. Este puede ser de goma dura o relleno de agua que se puede enfriar en la nevera, con lo cual el frío ejerce un efecto desinflamante y calmante sobre las encías.
- Actualmente están muy de moda los masajes de reflexología podal, en los que mediante masajes en las yemas de los dedos de los pies del bebé se consigue aliviar el dolor.
Los dientes de leche son muy importantes para la salud y desarrollo del niño, les ayudan a comer, masticar, hablar, sonreír… El orden de aparición en la boca está totalmente adaptado a la evolución de su alimentación, así primeramente aparecen los necesarios para una alimentación blanda, mientras que los últimos en aparecer son los necesarios para la masticación, pero además ayudan a guardar el espacio correspondiente en la boca para que cuando llegue la dentición definitiva, que está desarrollándose bajo sus encías. Cada pieza dental tiene su lugar correspondiente, por ello son tan importantes las revisiones odontológicas pues cuando se fractura o pierde un diente demasiado pronto, queda un espacio vacío que hace que otros dientes se muevan y pasen a ocupar el lugar dejado, pudiendo llegar a ocasionar que un diente definitivo no encuentre su lugar para salir, lo que origina que los dientes se tuerzan o apilen unos sobre otros.
La higiene bucodental del bebé es muy importante, por lo tanto, debe comenzar en el momento de su nacimiento, limpiándole las encías con una gasa húmeda y estéril después de cada toma de alimento para retirar los restos de leche y así evitar su fermentación. Debe realizar al menos una vez al día, preferiblemente por la noche, recorriendo con movimientos suaves y circulares la superficie de las encías, el interior de las mejillas, la lengua y el paladar.
¿Cuándo se ha de comenzar a usar el cepillo dental?
Alrededor del primer año es aconsejable comenzar a utilizar un cepillo dental adecuado a su edad, por lo que deberá ser pequeño y suave. Se utilizará mojado con el fin de arrastrar los restos de alimentos que hayan quedado depositados sobre sus dientes. No es necesaria la utilización de ningún tipo de pasta dentífrica, ni tan siquiera infantil. Deberemos seguir cepillando los dientes de nuestro hijo hasta que el niño pueda comenzar a realizarlo por sí solo, pero siempre bajo la supervisión de una persona adulta.