La importancia de trabajar la empatía en la infancia

empatía

Cada vez es más común ver a niños y a adultos tratando mal a los animales, incluso haciéndoles daño. Por esa misma razón, la empatía es algo muy importante a tener en cuenta a la hora de trabajar con un niño. Si no trabajamos esto desde que son pequeños, se convierten en adultos que no respetan otras vidas y que solo piensan en ellos mismos.

Hoy, te daremos todas las pautas necesarias para que puedas hacerlo por ti mismo.

 

¿Qué es la empatía y cómo funciona de persona a persona y de persona a animal?

La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otro ser. Es una habilidad que permite a las personas conectarse emocionalmente con los demás, reconocer sus estados emocionales y responder de manera adecuada. En el contexto de las relaciones humanas, la empatía facilita la cooperación, la compasión y el entendimiento mutuo.

Cuando se trata de la empatía entre personas, se manifiesta a través de la capacidad de ponerse en el lugar del otro, reconocer sus emociones y reaccionar de manera acorde. Esta habilidad es fundamental para la convivencia social y la construcción de relaciones saludables y significativas.

La empatía hacia los animales, por otro lado, implica reconocer que los animales también experimentan emociones y pueden sufrir. A menudo, esta forma de empatía se basa en el reconocimiento de las similitudes entre los seres humanos y los animales en términos de capacidad de sentir dolor, placer y miedo. Desarrollar empatía hacia los animales puede conducir a comportamientos más éticos y respetuosos hacia ellos.

 

¿Por qué es importante trabajarla desde que son pequeños?

Trabajar la empatía desde una edad temprana es crucial porque las bases emocionales y sociales se forman durante los primeros años de vida. Los niños que desarrollan empatía son más propensos a convertirse en adultos comprensivos, responsables y socialmente competentes.

La empatía facilita una mejor comunicación y una relación más sana con otras personas. Los niños empáticos son menos propensos a participar en comportamientos agresivos o bullying, por ejemplo, y son más capaces de resolver conflictos de manera constructiva. Además, si contamos con adultos empáticos podremos vivir en una sociedad más compasiva y justa.

En cuanto a la empatía hacia los animales, inculcar este valor en los niños fomenta el respeto por todas las formas de vida, sea cuales sean. Los niños que aprenden a tratar a los animales con cuidado y consideración también suelen mostrar una mayor sensibilidad y responsabilidad hacia los seres humanos.

 

Técnicas para trabajar la empatía hacia las personas

  1. Modelado de comportamiento: Los adultos deben actuar como modelos a seguir. Tienen que demostrar comportamientos empáticos y mostrarles a los niños cómo tratar a los demás con respeto y comprensión.
  2. Juegos de rol: Involucra a los niños en actividades donde deban representar situaciones desde la perspectiva de otra persona. Esto les ayuda a entender diferentes puntos de vista y emociones.
  3. Lectura de cuentos: Elige historias que presenten personajes con diversas emociones y desafíos. Discute con los niños cómo se sienten los personajes y por qué.
  4. Discusión de emociones: Habla abiertamente sobre emociones y sentimientos en situaciones cotidianas. Ayuda a los niños a identificar y nombrar sus propias emociones y las de los demás.
  5. Fomentar la escucha activa: Enseña a los niños a escuchar atentamente a los demás sin interrumpir, y enséñales a mostrar interés y a responder de manera adecuada a lo que escuchan.
  6. Practicar la gratitud: Involucra a los niños en actividades que fomenten la gratitud y el reconocimiento de los actos amables de los demás.

 

Técnicas para trabajar la empatía hacia los animales

  1. Hazles partícipes de empresas que promuevan esos valores: En Adiano, por ejemplo, fábrica de quesos manchegos en Ciudad Real, defienden que “Cada vez más, en la sociedad, nos estamos dando cuenta de la importancia de preservar el medio ambiente, y de cuidar y tratar con respeto a todos los seres vivos, en especial, a aquellos que están bajo nuestro cuidado, como son los animales que nos aportan alimentos”. Visitar estos lugares o hablarles de ellos les hace comprender que ser empático no es un hecho aislado, sino que es algo que hace mucha gente y que es completamente necesario.
  2. Educación sobre el bienestar animal: Proveer información sobre las necesidades básicas de los animales, incluyendo su alimentación, cuidado y hábitat. Explicar cómo sus acciones pueden afectar el bienestar animal.
  3. Visitas a refugios y santuarios de animales: Llevar a los niños a lugares donde puedan interactuar con animales de manera controlada y aprender sobre sus historias y necesidades.
  4. Involucrarlos en el cuidado de mascotas: Asignarles responsabilidades adecuadas a su edad en el cuidado de mascotas, como alimentar, asear y jugar con ellos.
  5. Historias y medios educativos: Usar libros, documentales y programas educativos que destaquen el bienestar animal y la importancia de tratarlos con respeto.
  6. Fomentar el contacto con la naturaleza: Animar a los niños a pasar tiempo al aire libre, observando y aprendiendo sobre los animales en su entorno natural.
  7. Participación en campañas de bienestar animal: Involucrar a los niños en actividades y campañas que promuevan el bienestar animal, como recolección de fondos para refugios o difusión de información.

 

¿Se puede corregir y guiar a un niño que empieza a tener falta de empatía con otros seres vivos hacia la empatía? ¿Cómo?

Sí, es posible corregir y guiar a un niño que muestra falta de empatía hacia otros seres vivos:

  1. Identifica y aborda la falta de empatía lo antes posible para prevenir que se convierta en un patrón de comportamiento.
  2. Trabaja con el niño para que reconozca y gestione sus propias emociones. Esto puede mejorar su capacidad para comprender las emociones de los demás.
  3. Refuerza comportamientos empáticos con elogios y recompensas para motivar al niño a repetir esos comportamientos.
  4. En casos más graves, considera la ayuda de un profesional de la salud mental para trabajar en habilidades sociales y emocionales.
  5. Muestra ejemplos claros y concretos de comportamientos empáticos y no empáticos y discute las consecuencias de cada uno.
  6. Anima al niño a reflexionar sobre cómo se sentirían los demás en diferentes situaciones y a pensar en cómo podrían actuar de manera más considerada. Incluso en el ámbito animal.

 

¿Es cierto que hoy es más frecuente el maltrato animal que hace unos años?

Determinar si el maltrato animal es más frecuente hoy en día que en el pasado es complejo. Quizás no es que sea más frecuente, porque antes ya existía, sino que antes se daban una serie de situaciones que hoy ya no se dan porque se ha regularizado y dado visibilidad al tema:

  1. Hoy en día, hay una mayor conciencia pública sobre el bienestar animal y más mecanismos para reportar y visibilizar casos de maltrato animal, como las redes sociales y los medios de comunicación.
  2. El fortalecimiento de leyes y regulaciones contra el maltrato animal ha llevado a una mayor detección y reporte de estos casos.
  3. Se realizan más estudios e investigaciones sobre el tema, lo que puede dar la impresión de un aumento en los casos debido a una mejor documentación.
  4. El aumento de la población humana también puede llevar a más interacciones con animales y, potencialmente, a más casos de maltrato debido a la mayor cantidad de interacciones.
  5. Las actitudes y valores hacia los animales han cambiado con el tiempo. Lo que antes podía considerarse aceptable, ahora es visto como maltrato.

 

¿A qué edad trabajar la empatía?

Para finalizar, os recomiendo que comencéis a trabajar la empatía lo antes posible. Lo idóneo es que se haga desde los primeros años de vida. Los niños pequeños, incluso desde los dos o tres años, pueden aprender sobre la empatía a través de interacciones simples y cotidianas. En esta etapa, se pueden usar juegos, cuentos y modelado de comportamiento para enseñar a los niños a reconocer y responder a las emociones de los demás.

Esto es porque durante los primeros años los niños son mucho más receptivos a las enseñanzas y modelos de comportamiento que observan a su alrededor. Al introducir conceptos de empatía desde que son bien pequeños, se sientan las bases para un desarrollo emocional saludable que perdurará toda la vida.

Es importante que seamos totalmente consistentes y pacientes al enseñar empatía. Que se hable sobre el tema delante de los más pequeños sin miedo y con la mente abierta puede hacer una gran diferencia, porque convierte un tema a menudo “controvertido” o que “da vergüenza”. Los niños que aprenden empatía desde pequeños tienen una mayor probabilidad de convertirse en adultos más comprensivos y responsables.

Entiende esto: no hay una edad «demasiado temprana» para empezar a trabajar la empatía. Cada oportunidad, desde que son muy pequeños, debe ser aprovechada para inculcar esta habilidad tan necesaria hoy día.

Al hacerlo, no solo se contribuye al bienestar individual de los niños, sino también a la creación de una sociedad más comprensiva y solidaria con los animales.

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