La jubilación y el impacto emocional que produce

El fin de la vida laboral es un respiro para unos, pero también puede ser el comienzo de una etapa muy difícil para otros, donde se sientan útiles y valorados. Por un lado, siempre están algunas consecuencias negativas de la jubilación, como puede ser el estrés, asociado con el cambio de hábitos, la reducción de los ingresos económicos y cierta tristeza acompañada de apatía asociada a la melancolía de dejar atrás las actividades a las que estamos acostumbrados.

Esa sensación de pérdida de valía personal y los cambios que conlleva esta etapa, junto con la reducción de la vida social y desgana producida por el aburrimiento son algunos factores que pueden hacer de la jubilación una etapa difícil.

Por otra parte, en cuanto a las consecuencias positivas se encuentran la tranquilidad, ese descanso tan deseado y merecido. Tener más tiempo para disfrutar realizando diferentes actividades, dedicar más tiempo a la familia. La posibilidad de aumentar el bienestar físico y emocional. Aumentar los lazos de unión con la pareja, siempre y cuando, ambos miembros de la pareja se llevasen bien antes de la jubilación.

Algunos de los factores de riesgo son la actitud con la que cada uno lo afronte, una actitud negativa y expectativas inadecuadas pueden ser muy contraproducentes.

También, aquellos casos en los que nos encontramos con personas que se han visto forzadas a coger la jubilación anticipada o que tienen una baja rede de apoyo social y disminución de las relaciones sociales tras la jubilación. La inactividad y la falta de tareas en las que ocupar su tiempo.

Algunos estudios también señalan que las personas con un más bajo nivel educativo llevan peor esta etapa, ya que existe una cierta relación entre una mejor adaptación y cuanto mayor sea el nivel educativo.

Consejos para llevar la Jubilación de la mejor Manera

Lo cierto es que temía un poco que a mis padres les costara adaptarse a esta nueva etapa, ya que los dos llevan toda la vida trabajando y son muy activos. Sobre todo, me preocupaba mi madre, porque la veía más proclive a tomárselo peor.

Al fin y al cabo, aceptar la jubilación como parte del proceso natural de la sociedad en la que vivimos, y a la que ya hemos servido y ahora podemos dedicarnos, a tiempo completo, a hacer lo que realmente nos gusta hacer o nos apetezca.

Mantener el optimismo y tener una actitud abierta al cambio es fundamental para llevar una jubilación de la mejor manera.

Esto es lo que, para mi sorpresa, me demostró mi madre. No solo empezó a cuidar mucho más su salud, también empezó a hacer actividades que nunca le habría pasado por la cabeza hacer antes. Se apuntó a Yoga, ella que era bastante reacia a todo eso. Lo más curioso es que le encantaba y además de Yoga algunas actividades más.

Al hacer estas actividades conoció a muchas más personas en su situación e hizo un buen grupo de amigas con las que también se iba a caminar a la montaña.

La verdad es que mi madre fue todo un ejemplo de adaptarse al cambio con fortaleza y sacándole el máximo partido.

Empezó a estar mucho más presente y a querer participar en muchas de las pequeñas cosas del día a día. Fue una ayuda clave en los primeros años con mis peques.

Me acuerdo de un día, antes de la fiesta de Halloween, que al sacar el disfraz de mi hijo para ponérselo le vi una mancha horrenda justo en el pecho. No sé cómo se la hice pero le había arruinado el día al pobre. Por suerte, mi madre que estaba a la última en todo sabía de una Tienda Online de disfraces, La Casa de los Disfraces, donde tenían un catálogo amplísimo en el que no tardamos en encontrar el disfraz perfecto para mi hijo.

La verdad es que, en momentos como ese, casi no reconocía a mi propia madre, ahora tenía soluciones para todo, parecía otra persona.

De hecho, es toda una inspiración para mí. En verano me ha dicho de acompañarla en un viaje a la India. Quiere que hagamos ese viaje juntas y cada verano organiza uno con mi padre a un nuevo destino.

Están pensando hasta en comprarse una auto caravana y echarse a la carretera. Vamos que está claro que, al final, cuando llegan cambios todo es cuestión de actitud, y cuanto más abierta, mejor que mejor.

 

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