Terapia de pareja

Los tiempos han cambiado mucho, y no se sabe si para bien o para mal porque no se puede juzgar una época desde los ojos de una persona que ha vivido en un régimen de libertad más restringido al que hay ahora. Lo que está claro es que la Libertad nos ha venido bien a todos, y con la llegada de la Libertad vino un fenómeno muy interesante.

Llegó el divorcio, una manera de romper el matrimonio por medio de un juez, parece ser que lo que Dios unió los jueces pueden separarlo, por lo menos en la tierra. El divorcio apareció para dar solución a las circunstancias en las que una de las partes no estaba a gusto con la convivencia y quería dejar la relación.

El divorcio ha sufrido una evolución bastante considerable, y es que al principio se necesitaba una causa que estaba tasada por la Ley para probar que el matrimonio tenía que disolverse. Actualmente no se tiene que alegar ninguna causa, simplemente con el transcurso de tres meses desde la celebración del matrimonio basta para disolver la unión matrimonial. Y en el caso de violencia de género se puede revocar en cualquier momento.

Pero en muchas ocasiones el divorcio no es la solución, ya que las situaciones de desavenencia conyugal se pueden resolver de manera extrajudicial mediante los psicólogos. Una terapia de pareja realizada pronto puede resolver cualquier tipo de problema, evitando ir a los juzgados, mientras se repara una relación.

El momento adecuado para la terapia

Cuando la relación empieza a deteriorarse y se piensa seriamente que no se aguanta más y no se ve salida, es el momento de plantearse la posibilidad de que alguien ajeno y profesional pueda echar una mano. La posibilidad de la separación está siempre ahí, pero hay que tener en cuenta que es muy dolorosa, sobre todo cuando hay hijos pequeños.

La terapia de pareja es cosa de dos y normalmente es uno el que da la voz da alarma y el otro, al menos, tiene que estar dispuesto a colaborar. Si no es así, el que ve el problema todavía se puede acudir al profesional, que podrá ayudar aunque, lógicamente con menos capacidad de maniobra. El principal problema en el fallo de la terapia de pareja es que se acude al profesional cuando ya no hay solución.

La terapia supone que cada uno tiene que hacer cambios en su comportamiento, que es la vía para lograr un progreso interior profundo. El seguimiento y apoyo para esos cambios se hace en sesiones individuales con cada miembro y luego en las sesiones conjuntas se pone en común el avance que se va dando. En ocasiones se da un problema psicológico en alguno de los componentes de la pareja que necesita terapia personal que puede hacer el propio terapeuta u otro psicólogo.

Buscar un psicólogo de confianza y con experiencia es fundamental, en Madrid destaca Maribel Paz, Psicóloga Especialista Cognitivo Conductual Emocional para Adultos y Parejas, que hace especial hincapié en crear un espacio confidencial donde te puedas expresar libremente y te sientas seguro al liberar tus emociones.

Para finalizar diremos que siempre es recomendable buscar soluciones amistosas en las que el ego se deja al lado, porque el ego puede generar pensamientos que lleven a una situación en la que los costes de la ruptura sean muy elevados.

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