Tu salud depende de ti

Lo que hace nuestro país es de chiste, y digo nuestro país porque es el que me importa, no porque el resto sean mucho mejor en ciertas cuestiones. Está claro que si nos comparamos con Grecia o Italia somos bastante similares, y podemos pensar (erróneamente) que somos mejores que países latinoamericanos o ciertos países del este de Europa. Con los países del hemisferio sur no podemos compararnos, sería irrisorio, y si miramos hacia arriba, Islandia, Noruega u otros países del norte de Europa nos dan mil patadas en casi todo. Pero digo yo, ¿por qué no dejamos de compararnos con los demás y nos miramos en un espejo? Tal vez así ganaríamos algo.

Mi cabreo podría aplicarse a prácticamente todo en esta sociedad, los más avispados pensarán que ahora voy hablar del Covid19, de cómo España está mal pero mejor que algunos países, y de cómo deberíamos dejar de competir por ver quien tiene el peor número de la semana. Y aunque todo eso sería factible, hoy os vengo a hablar de algo que supuestamente es menos preocupante que el coronavirus, pero que en realidad está causando estragos, vengo a hablaros de la salud dental.

El confinamiento, principal problema

Desde hace un par de meses, las clínicas dentales están atendiendo urgencias de todo tipo, pero también causas supuestamente menores como caries, acumulación de sarro, inflamación de encías e incluso periodoncias, pero la pregunta es ¿por qué han aumentado tanto este tipo de problemas entre la población? Los dentistas lo tienen claro, según ellos, al romper las rutinas que teníamos establecidas durante el confinamiento, muchos rompieron también su rutina de higiene bucodental, desencadenando así la situación perfecta para que en nuestra boca empezase a cocerse un buen caldo de bacterias.

Según Íntegra Clínic en Pamplona, la mayoría de sus pacientes reconocen haberse relajado, de un modo u otro, en lo que a higiene bucodental se refiere. Algunos reconocen haberse olvidado de lavarse los dientes tras la comida, o al irse a dormir, y muchos aseguran (sonrojados) que han pasado días sin cepillarse los dientes, sin usar hilo dental, y sin usar colutorio.

Los psicólogos, como Vanessa Sanz, con quien hemos hablado, explican que esto es algo muy común en nuestra sociedad. Según los expertos, al cambiar algunas rutinas, o perderlas, trastocamos todo nuestro esquema mental, lo que provoca que aquello que teníamos mecanizado empiece a ser algo que estorba, y por eso tendemos a olvidarlo. Ocurre también cuando perdemos un empleo y estamos en búsqueda de uno nuevo, solo los más concienzudos son capaces de seguir con la rutina que tenían antes de perder ese trabajo pues, la mayoría al levantarse más tarde, salir a buscar trabajo, o relajarse un poco viendo televisión, tenemos a dejar de lado algunas cosas que hacíamos a ciertas horas de forma mecanizada, como lavarnos los dientes, llevar una buena rutina alimentaria, hacer ejercicio o pasear al perro a las mismas horas.

Por el contrario, también son muchos quienes aprovechan esa situación para empezar a ser más responsables y para adoptar nuevas rutinas saludables así que, en el fondo, hay un poco de todo.

El problema es que este confinamiento ha provocado que la mayoría de nosotros estuviésemos en casa, con demasiado tiempo libre y sin que nadie nos dijese cómo invertir nuestro tiempo. Hay quien ha llenado su tiempo de creatividad, jugando con sus hijos, haciendo chapuzas en casa o intentando ayudar a los demás como buenamente podían. Pero también son muchos los que no se han levantado del sofá, los que se han descuidado, los que se han deprimido y los que han cambiado las zapatillas de deporte por las de estar por casa. Algo que, en el fondo, es normal.

Pero ahora me surge otra pregunta. Hoy por hoy, está media España pendiente de si en 15 días o 1 mes nos volverán a  confinar por ley o, si no es por ley, por lo menos recomendarán ese confinamiento voluntario desde Sanidad. Si eso ocurre, ¿habremos aprendido la lección o volveremos a cometer los mismos errores?

Pues como bien dice el refrán de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, me temo que la sociedad, de forma generalizada, volvería a repetir la situación. Es más, los expertos creen que un segundo confinamiento sería aún mucho peor que el primero ya que ya son muchas las personas que están siendo tratadas por problemas de estrés y depresión derivadas de ese Estado de Alarma por lo que ahora, volver a sufrir la misma actuación, supondría una recaída para quienes han empezado a mejorar, un empeoramiento para quienes no habían conseguido repuntar y una caída en picado para quienes aguantaron durante el primer confinamiento pero estaban a punto de venirse abajo.

Eso implicaría, de nuevo, que todo volviese a desmadrarse, no a nivel de coronavirus claro está, pero sí a nivel psicológico, y por supuesto, las rutinas se irían otra vez al traste. El problema es que si llega el caso, no podemos hacer nada, salvo armarnos de valor e intentar mantener nuestro hábitos todo lo posible. Lo ideal, como ya decían en su momento, es seguir levantándose temprano por la mañana, seguir con nuestras rutinas de aseo y vestirnos, aunque no vayamos a salir por la puerta de casa. Además, obviamente, debemos intentar ocupar nuestro tiempo y debemos hacer algo de ejercicio aunque no podamos pisar la calle. Nuestra salud está en nuestra mano, depende de nosotros, y no estoy hablando solo del Covid19.

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