Desde siempre me he negado a que cuando estuviera jubilado iba a ser de esas personas que jugara a la petanca. Mi intención era ser útil a la sociedad. Sobre todo a los jóvenes. Durante todos mis años como maestro he aprendido más de los niños, que ellos de mí. Creo que es algo recíproco. Por eso me gusta ir a grupos de jóvenes o asociaciones a hablar con ellos. A contarles mis historias, a darles consejos.
Aquí tenéis algunos de mis pensamientos sobre temas como el estilo de vida, la actitud, la belleza, la confianza en uno mismo, las relaciones y, sí, el envejecimiento.
Siempre quiero que den valor a lo que tienen a su lado. Por eso les digo eso de que “La persona más importante en tu vida es la que accedió a compartir la suya contigo”. Y por supuesto les digo que “la juventud es sólo una etapa más de una vida larga, ¡Cuídate!” Y es que esto es muy largo.
En esta sociedad creo que hemos perdido los valores principales. Por eso una frase que me gusta mucho es “No te aferres a los objetos materiales”, hay que dar más valor a los sentimientos, a las pequeñas cosas. Hay que dejar de lado los móviles, aunque los datos digan que comienzan cada vez más jóvenes.
A menudo hablo con ellos de cómo está el mundo laboral. La tasa de paro juvenil en España es para llevarse las manos a la cabeza. Muchos de ellos tienen pajaritos en la cabeza, por eso les digo que “El trabajo que ames no siempre será el mejor”, pero que tienen que “Mantener los pies en la tierra porque les ayudará a relajarse”.
Me gusta también dar importancia a la amistad, pero no esa de salir de fiesta, de ir de botellones o de decir que es mi colega y por eso me pego. Yo les digo que “Los verdaderos amigos siempre están cuando los necesitas”. Y lo remató con “si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un “te quiero”, siempre habrá un amigo.
No te tomes la vida en serio
Y para terminar, siempre les hago esta reflexión: “Si te sientes abrumado por los problemas y el futuro, simplemente pon los pies en la tierra y vuelve al tiempo presente. Respira profundo y saborea todo lo que es hermoso y reconfortante a tu alrededor”. Y lo concluyó con un “no te tomes la vida tan en serio”.
Y así es como pasa mi semana, intentando ser útil para los demás. Aunque con los que más me gusta poder trasmitir lo que he aprendido en la vida es con mis nietos. Doy gracias a mis hijos de que me hayan dado cuatro preciosos nietos. Mi mujer me dice que todo lo que no he jugado con mis hijos, lo estoy haciendo con ellos. Pero dicen que es normal. El día que más alucinó mi esposa es cuando para darle una sorpresa a mi hija entré en la web de Andandito, y compré un par de zapatos para mi nieta la pequeña, Estela. La cara fue un poema.
Pero así soy feliz. Intentando sentirme vivo. De verdad que yo no soy de esos de irme a jugar la partida al bar o a beber la cerveza, y menos aún de ir a ver obras. Mi intención es seguir trasmitiendo consejos a quien quiera oírlos. Eso, mientras el cuerpo aguante.