¿Quién dice que el espacio en el que vivimos no tiene una influencia directa para nuestra salud? La verdad es que es hora de que vayamos reconociendo este asunto puesto que es una obviedad. Vivir en espacios pequeños es un problema para todas las personas que se encuentran en ellos. Y, en estos tiempos en los que nos ha tocado permanecer confinados en nuestras casas al menos dos meses y en los que todavía es bastante recomendable pasar mucho tiempo entre nuestras paredes, más todavía. Nuestra vivienda puede llegar a tener un efecto perjudicial sobre nosotros.
Vamos a proceder a hablar de tres artículos que reafirman nuestra teoría:
- El primero de ellos es un artículo que fue publicado en el portal web de El Mueble. En él, se indica que el espacio puede modificar tu mente, algo que es obvio y que se ha encargado de reafirmar una extensa nómina de profesionales de la salud. Este artículo asegura que, en un espacio reducido, las posibilidades de tener una salud mental mejor disminuyen de una manera bastante importante, aunque es cierto que hay otros factores que influyen a la hora de valorar este asunto.
- El portal web del diario argentino La Nación habla directamente de que vivir en un espacio pequeño es algo así como un desafío. Y la verdad es que no le falta ninguna razón. Estamos convencidos de que, a todas las personas que nos estáis leyendo y que vivís en un pequeño piso de una gran ciudad, esta historia os suena de algo y estáis bastante a favor de lo que escribe el autor. Y es que no es para menos. Solo quien lo ha experimentado sabe lo que es y la influencia que tiene un espacio pequeño para la mente del ser humano.
- El portal web mexicano El Siglo de Torreón informaba, de una manera concisa y directa, de que los espacios reducidos van en contra de salud y de que, por tanto, lo ideal es evitarlos en la medida de lo posible. Está claro que es muy complicado hacerlo, sobre todo si los recursos económicos con los que se cuenta no dejan margen para otra cosa, pero el consejo es que, cuando se pueda, hay que poner todo nuestro empeño en evitarlos so pena de volvernos locos de remate.
Una vivienda de espacios reducidos es peligrosa para nuestra salud y los profesionales dedicados a este campo ya se han encargado de reafirmarlo en multitud de oportunidades. Pero, ¿qué hacer si no tenemos recursos para cambiar nuestro lugar de residencia? Tener una terraza puede dar lugar a una oportunidad en este sentido. Si es así, la recomendación es que la cerréis y la convirtáis en un espacio habitable también durante los meses de invierno. Los profesionales de Rolltec, una entidad especializada en el cerramiento de terrazas, nos han informado de que hay mucha gente que se está planteando este asunto precisamente por motivos de salud que están directamente conectados con el espacio en el que nos ha tocado vivir.
Los espacios reducidos, peligrosos para todos los grupos de edad
Está claro que los espacios reducidos no tienen nada de positivo para la salud de ninguna persona:
- Los niños pierden, de esta manera, el espacio que necesitan para jugar, divertirse y disfrutar de sus años de infancia, los mejores de la vida.
- Los adultos, desde luego, sufren el estrés que implica vivir hacinados en cincuenta o sesenta metros cuadrados. Si a eso se le une el estrés del trabajo, la verdad es que el resultado no puede ser positivo de ninguna de las maneras.
- Los ancianos son, desde nuestro punto de vista, los más perjudicados porque, de alguna manera, se les priva la libertad de la que ahora que se han jubilado podrían gozar.
Por supuesto, tenemos claro que no todo el mundo tiene esa posibilidad de ganar metros con una terraza porque, directamente, no posee un elemento como este en su vivienda. Para esas personas, la mejor opción consiste en hacer vida fuera del domicilio: dar paseos, disfrutar de nuestro tiempo de ocio en el parque o viajar son soluciones que pueden ser de gran ayuda en lo que tiene que ver con este asunto. Así que sería conveniente tenerlas en cuenta.
La salud debe ser siempre lo más importante. No se nos puede olvidar en ningún momento de la vida. Y, recordar, la salud no es siempre un problema físico. También lo puede ser mental. Desde luego, cualquier enfermedad de índole mental puede suponer un problema de gravedad en lo que tiene que ver con la felicidad del individuo. Así que tenemos que identificar cuando existe el riesgo. Vivir en un espacio reducido es un riesgo en este sentido y, aunque no podamos cambiarlo, siempre tendremos que tener en mente cuáles son las posibilidades que tenemos para reducir al máximo los efectos perversos de ello. Ese ha sido el objetivo de escribir este artículo y esperamos haberlo conseguido.