El 90% de los padres desconoce el peligro que tiene el uso de un calzado inadecuado en edades inferiores a los 7 u 8 años. Lógicamente, a cualquier edad, un calzado de mala calidad puede traer consigo serios problemas para sus usuarios, pero a edades tempranas en las que el pie aún está creciendo pueden llegar a ser problemas mucho más graves. Hablamos, por ejemplo, de mala higiene postural, mala pisada e incluso de deformidades. ¿Te quieres arriesgar a eso? Además, ahora que se acerca el verano, este peligro es aún mayor pues todos recurrimos a las típicas sandalias playeras que son un arma cargada contra esos pequeños pies infantiles.
El calzado no puede ser el mismo en ninguna de las etapas del desarrollo de un niño, sus pies cambian de tamaño, de dureza, las necesidades varían, etc., unos zapatos inadecuados puede provocar problemas de salud, razón de peso para tener en cuenta a la hora de adquirir los zapatos para nuestros hijos. Es importante que no sean carísimos por el poco tiempo que van a dar uso, pero deben cumplir las funciones necesarias y proporcionar la comodidad adecuada. Todos los aspectos de un zapato deben ser sumamente cuidados, acabados perfectos que eviten rozaduras, la amortiguación necesaria para prevenir los impactos del pie con el suelo, una suela adecuada que evite resbalones o el adecuado confort térmico que evite una sudoración excesiva que propicia determinadas enfermedades en los pies.
Ahora os daremos algunas pautas para encontrar el mejor calzado para vuestros hijos pero para curaros en salud lo mejor que podéis hacer es recurrir a tiendas especializadas o firmas reconocidas. Podéis encontrar fantásticos zapatos, zapatillas y sandalias de verano en tiendas especializadas como Andandito, Piesitos o grandes superficies como El Corte Inglés que son su mes de sostenibilidad tiene productos muy interesantes en venta hasta Julio.
Algunos Consejos
A partir de los 3 años el niño comienza a mejorar su tono muscular y eso hace que empiece a formarse el puente de la planta del pie, para ayudar este proceso serecomienda que:
· Los zapatos sean ligeros y bajos, mejor que las botas.
· Que la parte delantera tenga una forma cuadrangular y con anchura suficiente para dejar libertad al movimiento de los dedos.
· Que no quede justo, se aconseja una distancia de 1 a 1,5 cm. entre la punta del dedo gordo y la punta del zapato.
· La suela debe ser de un material que evite que el niño pueda resbalar y sobre todo debe ser flexible, preferentemente en la mitad anterior, zona que se flexiona al caminar, y de esta manera ejercitamos la musculatura del puente del pie.
· El contrafuerte debe ser reforzado para sujetar mejor el tobillo dando más estabilidad al pie y la tendencia natural de girar los pies hacia adentro al caminar.
· El material de confección debe ser transpirable y vigilar que no provoque rozaduras en la piel para evitar heridas, eczemas y sobreinfección por hongos.
· Mejor zapatos fáciles de quitar y poner, que faciliten la autonomía del niño.
Del mismo modo, cuando vayamos a comprar unos zapatos debemos asegurarnos de haber revisado el tamaño del pie de nuestro hijo. Los niños crecen casi sin darnos cuenta por lo que no es de extrañar que compremos una talla de zapato equivocada pensando que usa la misma que el mes pasado. A pesar de que en muchas ocasiones los niños dejan de poder utilizar su calzado estando éste casi nuevo, es mejor no reutilizar dichos zapatos pues estarán moldados a los pies del primer propietario. Y el mejor consejo de todos: compra el calzado por la tarde, pues hay una diferencia del 4% del volumen del pie respecto de la mañana.
Lactantes y zapatos
Si bien es verdad que los lactantes han de llevar el pie protegido de agentes externos como el frío o los roces, lo mejor es utilizar calcetines o patucos. Como mucho, podemos usar un zapato flexible cuando empiece a gatear o a arrastrarse pero nada más.
Lo más importante para el correcto desarrollo del pie es el uso de un calzado adecuado en cada etapa de la infancia. Durante los primeros meses de vida, lo ideal es que el niño vaya con calcetines. En el caso de utilizar zapatos, estos deben ser sin suela, ya que durante el primer año el pie crece normalmente hasta cuatro números, pasando de un nº 16 a un nº 20.