Hace unos días, viendo las noticias en televisión, descubrí que hay un nuevo concepto de vivienda para mayores denominado cohousing y la verdad es que me ha llamado mucho la atención. Hasta ahora siempre había hablado con mi mujer de que si nos veíamos en la necesidad de recurrir a alguien porque ya no podemos vivir solos, intentaríamos optar por los apartamentos tutelados, pero creo que el cohousing es aún mejor.
Lo de irme a vivir con mis hijos, llegado el caso, no es algo que me llame mucho la atención. Ellos tienen su vida y a mí me gusta mi independencia. Me gusta poner la televisión en el salón con el programa que me da la gana, me gusta comer lo que quiero y a la hora que quiero, y me encanta no tener que depender de nadie. Sé que tengo suerte, porque de salud estoy en perfecto estado y no todo el mundo llega a la jubilación tan bien como yo, pero el caso es que ahora mismo estoy hecho un chaval y tengo todo el tiempo para mí y mi familia, y quiero aprovecharlo.
Los apartamentos tutelados me parecían una buena opción si veo que llegamos a necesitarlos porque vives de manera independiente, en un apartamento individual, pero al mismo tiempo perteneces a una comunidad geriátrica donde hay atención médica las 24 horas, servicio de limpieza, comedores, actividades, etc. Pero ahora ya creo que es mi segunda opción porque lo del cohousing es mucho más interesante.
Se trata de una comunidad de individuos que, bajo una fórmula cooperativa, convive en un conjunto residencial. Es decir, que los socios de la cooperativa, que no son propietarios de los inmuebles, reciben la cesión del uso de estos pagando una cantidad en concepto de entrada a la cooperativa, que recuperarán cuando salgan de la misma, y además un alquiler mensual que incluye la contribución en los gastos generales. De este modo, los sociow de la cooperativa se alojan en apartamentos independientes dentro de una comunidad donde hay prácticamente de todo: comedores, servicio de enfermería, actividades lúdicas y educativas, gimnasio y, por supuesto, cooperación. Así, viviendo en esa comunidad, tengo estaríamos rodeados de personas que, como nosotros, quieren vivir solos pero acompañados… juntos pero no revueltos. Cada uno en su vivienda y todos juntos en los espacios comunes, de manera que si tenemos algún problema podemos recurrir los unos a los otros y, por supuesto, beneficiarnos de cosas como poder comer todos los días en el comedor y evitar ensuciar cocina que a mi mujer le pase algo cocinando (que cada vez estamos para menos trotes) y cosas similares.
Yo tomo mis propias decisiones
Está claro que esta opción no es para todo el mundo porque si eres dependiente y necesitas atención vigilada el cohousing no es viable. Ante algo así, obviamente, debemos recurrir a las tradicionales residencias geriátricas. Personalmente tengo hecha ya la selección por si llega el caso: Benviure, y mientras pueda seguir viviendo en casa, si necesito ayuda domiciliaria, contaré con Bi2t. Lo tengo todo pensado.
Supongo que hay quien pensará que soy un exagerado o que no es necesario pensar en esas cosas ahora pero yo no opino igual. A mí me gusta tener todo bien atado y una opción diferente para cada caso concreto que pueda venir. No quiero que nadie tome las decisiones por mí y tampoco quiero ser una carga para nadie. En eso mi mujer y yo estamos de acuerdo y, por ende, no dejaré que nadie me diga lo que tenemos que hacer. Está decidido: ante todo mi vivienda, si no es posible esa opción intentaremos el cohousing o el apartamento tutelado, y si llega el caso de necesitar vigilancia y atención total, Benviure. Así de sencillo y así de práctico soy.