Da la sensación de que la pandemia ha terminado. Sí, es cierto que se siguen produciendo contagios y que el COVID continúa pululando por ahí, pero parece ser que ya no nos vamos a tener que preocupar por nuevos confinamientos o restricciones. Como prueba de ello, parece que hemos recuperado la alegría y las ganas de vivir. Pero, repetimos, parece que es así. Los riesgos del coronavirus se redujeron de una manera muy grande con la vacuna. O, al menos, los riesgos físicos del contagio. Los riesgos y problemas mentales ocasionados por todo lo que ha supuesto esta situación, por desgracia, siguen presentes en muchas personas a día de hoy.
Desde el mes de marzo de 2020, hemos tenido que asistir a cosas que nunca nos habríamos podido imaginar y que, además, han causado un impacto tremendo sobre nuestra salud mental. Imaginaos que una persona haya perdido a un familiar cercano como consecuencia del COVID y que ni siquiera, al enterrarlo, le haya podido dar un beso. ¿Habíais pensado alguna vez en las consecuencias morales que deja eso en una persona? Por supuesto, también ha habido problemas para todas aquellas personas que necesitan respirar el aire fresco, salir a la calle, porque se ahogan en un piso demasiado pequeño.
Esas son solo dos de las situaciones tan impresionantes que nos ha dejado la pandemia y que han provocado la existencia de datos como los que os vamos a indicar a continuación, que fueron descritos en una noticia publicada en la página web de RTVE.
- Durante la pandemia, se ha contabilizado un total de 2,1 millones de personas con depresión solo en España, 230.000 con carácter grave. La magnitud de esta cifra asusta. No habíamos visto nada igual en nuestro país con anterioridad.
- El 5% de los españoles fue diagnosticado de ansiedad y depresión. Y ojo, solo estamos hablando de los casos que sí han sido analizados por un profesional. Tengamos en cuenta que hay una ingente cantidad de personas que padecen estas enfermedades pero que no son diagnosticadas porque no acuden a ese profesional para que analice su caso.
- España, durante la pandemia, fue el país líder en lo que tiene que ver con el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Más de dos millones de personas tomaban ansiolíticos, por poner un ejemplo.
- Se trastocaron también los hábitos alimentarios de los adolescentes, que aumentaron como consecuencia de no poder salir de casa.
- En 2020, la media de suicidios diaria en España alcanzó las 11 personas.
La noticia da otra serie de datos que hacen todavía más escalofriante todo lo que hemos vivido.
No es de extrañar, por tanto, lo que os vamos a contar en este párrafo y que fue lo que destacaba en una noticia la página web Infocop. España fue el país con más problemas psicológicos durante el confinamiento. Y es que quizá en otros países, que por su clima no tienen una cultura tan ligada al hecho de permanecer fuera de casa constantemente, como sí ocurre aquí, no hayan sufrido tanto como nosotros y nosotras.
La pandemia se ha ido, pero muchos de sus problemas siguen entre nosotros. Los casos de depresión o ansiedad causados por una situación como la que nos tocó vivir siguen estando a la orden del día en función de los datos que manejan desde Psicólogos Gestalt Psi. Son personas de todas las edades, hombres, mujeres, personas con mayor y menor capacidad económica, con o sin problemas de índole psicológica anterior. Para todas esas personas, los efectos del coronavirus no se han ido del todo.
El fin de una mala época no elimina un problema mental ligado a ese momento
Siempre que hablamos de esto, nos gusta hacerlo de la I Guerra Mundial. Fue un conflicto que cambió el mundo. Los soldados acudían al frente sin saber realmente lo que les esperaba, una carnicería absoluta derivada de la mejora tecnológica de la que todos los grandes países ya hacían uso. Casi todos pensaban que la guerra acabaría antes de tres o cuatro meses. Sin embargo, la contienda se extendió cuatro años y se vieron cosas que jamás podrían ser descritas y que, como hemos dicho, nadie creía que eran posibles antes de la guerra. Como consecuencia, después de la guerra, un montón de los soldados que regresó del frente empezó a tener problemas mentales de todo tipo. La ansiedad y la depresión, por supuesto, fueron dos de ellos aunque ni mucho menos eran considerados socialmente importantes.
Lo que ha ocurrido con el coronavirus, en cierta medida, es igual. Se trata de una situación que nadie esperaba y que, a pesar de haber finalizado, ha dejado muchas consecuencias entre aquellas personas que se han visto afectadas de una u otra manera por la pandemia. Y hay que hacer todo lo posible para que puedan superar dicha situación.