La colocación de implantes (implantología) es una de las ramas de la salud dental que más ha evolucionado en las últimas décadas. Todo eso gracias a la incorporación de los últimos adelantos tecnológicos a la odontología. En este artículo hablaremos de uno de los avances más significativos: la implantología avanzada.
Antes de entrar más en profundidad en ver qué es la implantología avanzada, es necesario resituar algunos conceptos básicos sobre esta disciplina.
La implantología versa sobre la colocación de implantes dentales. Unos apósitos sanitarios que se introducen en el interior de la encía y que se fusionan con la estructura ósea maxilofacial de la boca del paciente. Los implantes son la base sobre la que se colocan las coronas (dientes artificiales) y las prótesis dentales que sirven para restaurar la funcionalidad de la boca.
La mayoría de los implantes que se utilizan en la actualidad están fabricados con titanio, un metal biocompatible con el organismo que permiten la osteointegración; es decir, la fusión molecular entre los huesos alveolares y el implante. De manera que forman una sola pieza. La osteointegración se realiza de manera natural y dura entre dos y cuatro meses.
Hasta hace poco, hasta que la osteointegración no culminaba, no se podía colocar la prótesis dentaria. Decimos hasta hace poco, porque con los últimos adelantos técnicos se pueden reducir los plazos.
Como hemos señalado al principio, esta rama de la odontología ha experimentado avances cualitativos, como el uso de nuevos materiales, como el circonio, que reduce la posibilidad de infección en torno al implante, y el uso de nuevas técnicas, como el diseño y fabricación de implantes con la tecnología CAD/CAM, asistida por ordenador.
Uno de estos adelantos es la implantología avanzada. La revista médica Top Doctor indica que dentro de la implantología avanzada se incluyen la implantología inmediata y la colocación de implante que se realiza cuando el paciente tiene poca masa ósea para colocar el apósito. Estas son las variantes de la implantología avanzada:
La implantología de carga inmediata.
Con la implantología de carga inmediata, el paciente puede disfrutar de una prótesis o corona el mismo día que se le coloca el implante. Cuando antes había que esperar a que la osteointegración concluyera.
Según el portal médico Scielo, este avance se ha podido dar gracias a un proceso continuado de investigación sobre el funcionamiento de las estructuras bucales que se inició en los años 80 del siglo pasado.
Hay que indicar que lo que se coloca sobre el implante en primera instancia es una prótesis provisional. Una prótesis que se sustituirá por otra definitiva cuando termine la osteointegración. De todos modos, con esta primera prótesis, el paciente recupera la apariencia de su dentadura y, en gran medida, su funcionalidad.
Esto se puede hacer gracias a que la presión de la prótesis provisional no se descarga sobre el implante, sino sobre las encías. De esta forma, el implante queda protegido, lo que hace que pueda integrarse de una manera más rápida y efectiva.
Durante las primeras semanas posteriores a la operación, el paciente deberá seguir una dieta blanda, para que el masticado de los alimentos no altere la osteointegración.
Hay que tener en cuenta que esta técnica no se puede aplicar en todos los casos. Para empezar, el paciente debe tener unas encías sanas y fuertes, que soporten bien la tensión producida por el masticado y otras funciones que se realizan con la prótesis provisional. En pacientes con enfermedades periodontales graves como la gingivitis o la periodontitis, una infección bacteriana común que se produce en el interior de la encía, no se aplica este procedimiento.
Tampoco se hace cuando el paciente tiene un déficit de masa ósea que dificulte la integración del implante. En estos casos habrá que recurrir a otras técnicas de implantología avanzada.
Otros supuestos en los que no se aplica este tratamiento son en personas con diabetes descontrolada, enfermedades cardiacas graves, osteoporosis, sistemas inmunológicos debilitados, bruxismo o consumo excesivo de tabaco y/o alcohol.
Dejando a un lado estas excepciones, la implantología de carga inmediata reporta grandes beneficios a la salud del paciente, ya que con ella se consigue una integración del implante más segura y con un menor número de intervenciones.
Los implantes cigomáticos.
Estos son implantes que se anclan, no sobre el hueso alveolar, que sujeta la raíz del diente, sino sobre el hueso malar o cigomático, conocido popularmente como pómulo.
Se procede a esta técnica cuando el paciente no tiene una base ósea suficiente para colocar un implante convencional.
La reducción de hueso maxilofacial se puede producir por diferentes causas. Una de las más frecuentes es el tiempo transcurrido entre la pérdida del diente original y la colocación del implante.
Si pasa mucho tiempo entre que perdimos el diente y nos decidimos a colocarnos un implante, el hueso alveolar se retrae. Se produce una reabsorción ósea. Disminuyendo considerablemente la cantidad de hueso en la boca, debido a que no se ejerce ninguna presión en la zona que fuerce su regeneración.
La periodontitis severa es otra de las causas de pérdida de masa ósea. La periodontitis es una evolución de la gingivitis, por la cual la placa bacteriana se introduce en el interior de la encía, infectando los tejidos blandos y erosionando la parte sumergida del diente. El efecto más habitual de la periodontitis es la caída de dientes naturales.
Cuando hemos perdido un diente, la infección no desaparece. Las bacterias pasan a erosionar la estructura ósea de la boca, ocasionando pérdida de hueso.
Los implantes cigomáticos se utilizan para reponer dientes perdidos del maxilar superior cuando no existe una masa ósea suficiente para colocar implantes convencionales. Con este tratamiento se pueden resolver problemas de falta extrema de hueso en una sola intervención quirúrgica, si necesidad de efectuar un injerto óseo.
En algunos centros dentales, esta técnica se combina con la implantología de carga inmediata, consiguiendo unos índices altos de éxito. De hecho, los riesgos de los implantes cigomáticos no son muy diferentes a lo de cualquier otro implante. La única diferencia que existe, es que la osteointegración del implante cigomático se efectúa con los huesos del pómulo y no con los del maxilar.
Los pacientes candidatos a la colocación de implantes cigomáticos son aquellos a los que se les diagnostica una atrofia severa del maxilar superior. Un diagnóstico que se puede emitir en la primera visita a la clínica dental gracias a los medios de diagnóstico por imagen como las radiografías y las tomografías.
La colocación de los implantes cigomáticos se efectúa bajo anestesia local y sedación consciente. Es una operación segura y con pocos riesgos médicos.
Regeneración ósea.
Los cirujanos dentales de Dental Alcorcón Central, una clínica dental de Alcorcón (Madrid) especializada en implantología avanzada, comentan que existen otras técnicas de última tecnología para colocar implantes cuando no hay masa ósea suficiente. Lo normal, en estos casos, es recurrir a la regeneración ósea, para lo cual, los métodos más utilizados son la elevación del seno maxilar y la colocación de injertos.
La elevación del seno maxilar es una técnica que se utiliza para aumentar la altura de la estructura ósea donde están sujetos los molares y premolares de la arcada superior. Se procede a esta intervención cuando la masa ósea es deficiente para colocar un implante con métodos tradicionales.
Con la pérdida del diente puede haberse producido una reabsorción ósea en la zona, que haga que la estructura maxilofacial se retraiga, creando una hendidura. Con esta intervención se levanta la zona hundida y se estimula al cuerpo para que regenere el hueso perdido por medios naturales.
La intervención es una operación de cirugía ambulatoria que requiere un periodo de recuperación posoperatoria de aproximadamente 2 o 3 días, que el paciente puede pasar en casa.
La cicatrización de la herida y la regeneración del hueso se suele producir durante un tiempo de aproximadamente 3 meses. Pasado el cual, el paciente dispone de masa ósea suficiente para colocar el implante.
Para los otros casos de falta de hueso se procede a la colocación de un injerto. Este injerto se fusiona con la estructura ósea maxilofacial creando una base suficiente para que prenda el implante dental.
Existen diferentes materiales con los que realizar un injerto. El más habitual es el hueso autólogo, procedente de la misma boca del paciente. Tiene un alto nivel de efectividad, y apenas produce rechazo.
Se puede proceder también al injerto de otros huesos de origen animal. Principalmente, se usan los de procedencia porcina y vacuna. Son los xenoinjertos.
En todos estos casos, el injerto se recubre de una membrana reabsorbible de colágeno que permite la integración con la estructura ósea maxilar del paciente.
La cirugía suele durar aproximadamente 1 hora, se efectúa con anestesia local y requiere un postoperatorio de entre 2 y 4 días. El hueso termina regenerándose en un periodo de entre 4 y 6 meses y en mucho de los casos, en la propia intervención se puede colocar el implante.
Todas estas operaciones de implantología avanzada son bastante seguras y tienen pocas posibilidades de infección.